miércoles, 18 de noviembre de 2009

UNA PEQUEÑA HISTORIA DE TERROR

Amanda iba por la ruta de ripio hacia Hawai para pasar sus primeras vacaciones en un lugar tropical. De paso podía visitar a unos amigos.
Llegó a un lugar donde el camino se separaba tomó la ruta de la izquierda y siguió derecho. El camino era sinuoso y los árboles alrededor se encimaban tenebrosamente. Toda la vegetación era tupida y raquítica.
A eso de medianoche llegó a un pueblito abandonado buscó a ver si alguien le podía dar alguna indicación de en donde estaba.
Encontró una casa, en la que vio una luz que se prendió pero, igualmente como se prendió se apagó. Entró. No había nadie. Era una mansión. De repente escucho una voz:
-Te comeré asad... Te comeré asad...- y Amanda escuchaba la voz cada vez más y más cerca. Amanda corrió y corrió y la voz se acercaba cada vez más. Lo que le parecía muy extraño era que no terminaba de decir asada.
Se tropezó y cayó en la tierra. Vio una sombra y se desmayó.
Al levantarse descubrió que estaba en una cama destartalada al frente estaba... ¡Frankenstain!
Frankenstain dijo:
-Vamos a comer pollo con asado??.
Recién ahí se dio cuenta que le estaba haciendo una broma uno de sus amigos: Pepe Brom Tais.

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